
Estoy segura de que todos vosotros habeis asistido muchas veces a esas comidas familiares en las que cuando te enteras de que se han planificado te ries por no llorar y le haces creer a tus padres que estas tan emocionado como ellos. Lo gracioso de estas comidas familiares es que aunque quede un mes para celebrarlas, tu ya empiezas a poner excusas tontas a tus padres para que se enteren de que una de dos: o que no puedes ir, o que aunque vayas te jode un monton. Las excusas suelen ser de éste tipo: Ama, ese día es el cumpleaños de ¿...? y habíamos planeado ir de cena toda la cuadrilla, porque además nunca estamos todas juntas (mentira, en realidad no te importa que falte alguna o que deje de faltar, estando de borrachera no te vas a dar cuenta), o por ejemplo, ama que esque esa fecha es muy mala porque yo tengo exámenes.... o cualquier mentira de estas. Bueno, pues este fin de semana ha sido la mía, ( mi comida familiar ). La verdad es que tengo que confesar que aunque iba con mala cara me lo acabé pasando muy bien. La comida fué en Mutriku, un pueblo costero precioso ( que ya se que muchos de vosotros lo conocereis). Además el sábado fué precioso mirar las olas ya que llamaban la atención por su gran altura y su fuerza. Lo que quiero decir con todo esto es que aunque a veces nos de pereza hacer una comida familiar, te lo acabas pasando bien, y además, pasar de vez en cuando un ratillo con la familia no está nada mal y no hace daño a nadie, sino todo lo contrario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario