lunes, 19 de noviembre de 2007

EL FRUTERO SORPRENDIDO


El miércoles pasado era el mercadillo de Matiena. Llevo yendo a vender fruta desde el 86 y jamás me había pasado lo de este último miércoles.
Yo estaba tan tranquilo hasta que llegaron unos rizos junto a una joven y me saludo amablemente. Le respondí de igual manera. Entonces ella dijo “me vas a poner 8 kilos de manzanas”. Al principio me quede un poco sorprendido, pero no quise decir nada por si acaso la chavala se había equivocado y quería rectificar.
Mientras llenaba bolsa tras bolsa me dio para pensar. Pensé que igual era asturiana y que quería hacer sidra, yo no le iba a decir que esas manzanas no eran las idóneas para hacer sidra, pero valiendo el kilo cuatro euros y medio, me iba a solucionar toda la semana, así que opte por el silencio.
Después de una larga media hora me di cuenta de que en el puesto ya no me quedaban más manzanas. Tuve que ir al camión para satisfacer a mi joven cliente. Cuando deje medio vacío el camión volví al puesto y le tendí los 8 kilos de manzanas, las cuales le llenaron el carrito de la compra.

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