
Lo más espectacular de la misa es cuando de repente se empiezan ha oír cremalleras, botones,... que es cuando todo el mundo saca sus carteras. Yo me acuerdo de la primera vez que le pregunte a mi madre “¿Qué pasa ahora?” Y mi madre me dijo: “ van a pasar el cepillo” Y yo muy tranquilo le dije: “pues yo no lo voy a usar, porque creo que estoy bien peinado”. Y como yo desde pequeño siempre he sido un monta jaleos todos los que estaban a mi alrededor (todos eran viejos) se empezaron a reír sobre mi comentario, mientras que yo no entendía porque lo hacían.
Pero luego cuando pasó la cesta llena de dinero dije: “Que majos estos de la iglesia, vienes a escuchar la charla y además te dan el dinero que quieras”. Yo siempre he sido una persona que jamás ha rechazado un regalo, porque me parece un gesto muy feo, así que, cogí unos papelitos de la cesta.
Después de servirte dinero te invitan a comer “el cuerpo de cristo” y beber “su sangre”. Vamos a ver, siguiendo lo de la misa el cuerpo de Jesús sería de pan y su sangre sería vino, lógicamente Jesucristo sería un profiterol relleno de vino.
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