VISITA AL PUEBLO VECINO

Este fin de semana ha tocado visita nocturna al pueblo vecino de Durango por motivo de la celebración de sus fiestas. La primera parada fue en la zona de las txosnas. Nada más adentrarme en aquella larga hilera de casetas con música, que por cierto, habría unas 15 o 20, noté algo extraño. Había mucha gente y el ambiente era bueno, música, un escenario al fondo...
Algo no me cuadraba, pero todavía no sabía lo que era. Fui entrando a paso lento entre toda aquella gente. ¡Bingo! Era el suelo. Mis pies podían moverse con toda normalidad. Y diréis, ¿qué hay de raro en eso?. La verdad es que lo normal en las txosnas es tener que ir esquivando montones de vasos de plástico que te llegan casi a la altura de las rodillas, pero aquel suelo estaba limpio, impecable, imposible.
Enseguida supe el porque de toda aquella limpieza. Toda la gente allí presente tenía algo en común, los vasos. Eran vasos de plástico duro de diferentes colores. Unos lo llevaban colgado del cuello, otros del pantalón, del bolso..
Por solo un euro tenías un vaso para toda la noche, si no tenías tu vasito no te servían alcohol. El objetivo era mantener aquélla zona medianamente limpia y a si de paso contaminar menos.